Es un lugar que respira historia, Ester, nuestra guía y compañera de viaje, nos cuenta cómo, desde cuándo y quién formó parte de un pedacito del legado que se han comprometido a mantener. Y es que si tenemos en cuenta que algunos calados son del siglo XVII o incluso de antes, merece la pena que su historia sea contada.
Solo por ver esos arcos de estilo mudéjar en los calados, la cantería realizada por "los gallegos", la preciosa herrería utilizada y en resumen todos y cada uno de los túneles que poco a poco han ido incorporando, la visita será bien aprovechada.Por supuesto, no puede faltar la cata de los vinos que aquí se elaboran. Un vino tinto de futuro, donde la fruta aparece con tonos rojos y ligeras notas lácteas y cremosas del roble que desaparecen en boca, para comportarse más salino, más mineral y con buen halo de frescura. Rico en sensación tánica y en acidez, dos componentes fundamentales para seguir evolucionando positivamente.
El vino blanco, gustativamente destaca bien integrado y dulce. Igualmente sobresalen notas de limón, manzana y miel. Por último, un vino semidulce, perfecto para acompañar con un aperitivo salado, por qué no..En resumen, si visitas La Rioja, incluye en tu agenda una cita a esta bodega, merece la pena.
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