- Romina Sanjuán
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El buen vino, decantarlo o no decantarlo
No todos los vinos han de ser decantados, pero los vinos que necesitan decantarse han de ser decantados. Aunque parece un trabalenguas un poco confuso, en este artículo aclararemos todas las dudas que pueden surgir a la hora de decantar un vino, o no decantarlo.

Lo más probable es que, a menos que estemos trabajando en un restaurante que sirve mucho vino (y vino muy caro), no tengamos que preocuparnos por la decantación. Pero aun así es recomendable saber qué es y cómo se lleva a cabo.
El origen del protocolo de decantar el vino parte de la idea de que el vino está vivo: nace, crece, evoluciona y muere. De este modo una determinada botella puede contener un vino que ha permanecido encerrado mucho tiempo en barricas o en su misma botella hasta llegar a su destino final.
Si el vino está encerrado durante años, la falta de oxígeno ha podido alterar sus características, apareciendo olores raros, tufos o simplemente aromas de reducción, que si no son eliminados pueden reducir el placer de su degustación. Estos cambios en el vino no son perjudiciales para el vino en sí mismo, ni para la salud del consumidor, pero sí que perturban la degustación e incluso pueden quitarle gran parte de su atractivo.
Para eliminar el problema recurrimos al decantado del vino. La decantación consiste en verter lentamente, pero de forma continua, el vino en un decantador o frasca de cristal hasta que el poso llegue al hombro o el cuello de la botella. El proceso tradicional para la decantación se realiza con una vela y toda una parafernalia. Aunque en realidad, el proceso simplificado, que es el que os vamos a explicar, es el que emplearéis en la mayoría de los casos, reservando el procedimiento completo para los vinos de mucha edad.
¿Qué vinos se decantan?

Aunque la mayoría de los vinos pueden servirse directamente de la botella, algunos necesitan entrar en contacto con el oxígeno para “abrirse”. Los vinos que necesitaremos decantar son aquellos que han permanecido mucho tiempo cerrados y se han embotellado sin un proceso previo de filtrado, con lo que necesitaremos separar los posos o precipitados y los posibles restos de corcho, que alteran su color y sabor.
Algunos productores de vinos blancos también recomiendan oxigenar sus vinos por el simple hecho de que al cambiar dos veces de recipiente, el vino se atempera. Esto es debido a la costumbre que tenemos en España de beber los vinos blancos demasiado fríos, incluso recién sacados de la nevera.
A continuación, vamos a explicar cuando es aconsejable airear un vino y cuando se debe llevar a cabo el proceso de decantar. Es importante saber tomar esta decisión, porque puede ensalzar las cualidades del vino, pero también puede arruinarlo. Así que es recomendable entender bien las diferencias, entre los dos procesos.
¿Cuándo aireamos un vino?
Airear un vino se refiere al proceso de trasvasar el vino de la botella a otro recipiente con el objetivo de que el vino respire y se oxigene al entrar en contacto con el aire. Con esta operación se buscan objetivos diferentes según se trate de un vino “viejo” o un vino “joven”.
En el caso de los vinos viejos se procura eliminar los eventuales aromas de encierro que se podrían haber desarrollado en un medio reductor, de falta de oxígeno, durante una larga crianza en botella. Se busca que el vino se oxigene para que llegue a la copa con sus aromas lo más “limpio posibles”.
En el caso de los vinos jóvenes, en especial los vinos tintos potentes y tánicos, se busca que la aireación les haga perder algo de su dureza juvenil, los suavice, y lleguen a la copa de forma que se puedan apreciar sus cualidades en toda su plenitud. En este caso, si lo que buscamos es solamente airear el vino, no es necesario eliminar la cápsula del cuello de la botella.
¿Cuándo decantamos un vino?
Cuando hablamos de “decantar” un vino, en términos estrictos, estamos haciendo referencia al proceso de trasvasar el vino de la botella a un decantador con el objetivo de eliminar el eventual poso de sedimentos que se pueda haber formado en los vinos muy viejos. Después de haber mantenido la botella en posición vertical durante un tiempo prudencial para que los sedimentos precipiten al fondo, se procede a trasvasarlo prestando especial atención al momento en que comienza a aparecer la turbidez provocada por la movilización de los sedimentos y allí se detiene la decantación.
El objetivo final es meramente estético, lograr que el vino llegue a la copa los más límpido posible. En este caso deberíamos quitar toda la cápsula de la boca de la botella para facilitar la visión de los sedimentos. Esta operación se suele realizar con una fuente de luz de respaldo. Si nos queremos poner muy exquisitos lo podemos hacer con una vela, pero hacerlo a contraluz puede ser una solución efectiva.
Trucos y consejos para decantar el vino
- Es aconsejable que 24 horas antes pongamos la botella en vertical, para que todos los posos se depositen en el fondo de la botella.
- Al descorchar el vino, lo haremos con cuidado intentando no moverlo mucho.
Tipos de decantadores
Un decantador es una especie de recipiente en forma de botella con un amplio cuerpo. Y si nuestra idea es decantar o airear el vino antes de servirlo utilizando un decantador debemos asegurarnos de utilizar uno cuya forma permita mover el vino con agilidad para su buena oxigenación y de un tamaño que pueda recibir el contenido de la botella. Un decantador debe estar confeccionado en cristal transparente para poder apreciar el color del vino, ser lo suficientemente grande y fácil de limpiar.
Imprescindible es mantener una higiene adecuada del mismo, lavándolo y secándolo cuidadosamente después de cada uso. En particular, nosotros recomendamos envinar antes de su uso para eliminar malos olores o sabores que podrían perjudicar al vino servido.
Entendemos por "envinar" el proceso que consiste en mojar la copa con unas gotas del vino que vamos a probar y mover esta con movimientos circulares, para que el líquido se distribuya a través de las paredes de la misma. Posteriormente el vino utilizado se desechará sin consumirlo. Esto lo hacemos para limpiar la copa evitando que no se alteren los matices del vino que vamos a catar.
Existe un decantador concreto para cada tipo de vino:
- Para vinos tintos jóvenes, uno achatado con base ancha o uno horizontal tipo plato, para favorecer el contacto del vino con el oxígeno.
- Para los tintos maduros, uno de cuello fino y una base estrecha que limite la oxidación del vino.
- Para los blancos, uno con la base bastante cerrada para limitar la superficie de contacto con el aire y un cuello estrecho que evite la disipación de los aromas.
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