Los robles europeos y americanos también tienen una estructura diferente dentro de la madera, lo que lleva a que se transmita un carácter diferente al espíritu: el roble americano tiene un grano más apretado, un color más claro y más sabor a coco y vainilla; El roble europeo tiene un grano más ancho, lo que le da un color más oscuro, más notas tánicas y sabores más pesados.
A medida que se reutilizan las barricas, la influencia del relleno original y el roble en sí disminuirá, ya que los compuestos de sabor se eliminan de la madera. Sin embargo, cada ocupante dejará una impresión en el barril, haciendo que cada uno sea único.
El proceso de envejecimiento comienza cuando se llena un barril con el espíritu.
Los barriles se almacenan tradicionalmente en almacenes de estiba, edificios con pisos de tierra con paredes gruesas que mantienen una temperatura relativamente constante durante todo el año, colocados a sus lados y apilados a no más de tres de altura.
A medida que cambia la temperatura en el almacén, los poros en la madera se expanden y contraen, y el espíritu fluirá dentro y fuera de las duelas. A medida que entra y sale del roble, extraerá compuestos y dejará a otros atrás.
La madera no es la única influencia durante la maduración, y los compuestos de sabor se crearán a partir de reacciones dentro del espíritu y entre el espíritu y el aire. El espíritu también se evaporará y como el roble es poroso, el vapor escapará del barril. Este espíritu perdido se conoce como "la parte de los ángeles" en Escocia, y le da a los almacenes una atmósfera peculiar y distintiva. Debido a esta evaporación, con el tiempo el nivel de líquido en un barril disminuirá, cambiando aún más el sabor a medida que el agua, el alcohol y otros compuestos cambian de concentración.
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